LA POCIMA DEL VIAJE SIN RETORNO

Cuenta la leyenda, que en una tierra muy lejana hace muchos, muchos años, un joven guerrero emprendió un largo viaje en busca de sí mismo. Aunque era joven, sabio y fuerte, sentía un vació en su interior que no conseguía llenar con nada de lo que conocía en su mundo y decidió lanzarse a la aventura del viaje por la vida con el fin de lograr armonía entre su cuerpo, su cabeza y su espíritu. Nuestro joven amigo cuando emprendió su larga marcha dejaba atrás a sus padres y a su hermano, con los que vivía en una casa de dos plantas y un bajo donde su padre tenía una prospera herrería que fabricaba las mejores espadas de la comarca. Fue con su padre con quien aprendió a sostener con firmeza la espada, mientras probaban el temple del acero, y con su hermano desarrolló la destreza de los guerreros jugando desde pequeños con espadas de madera.

Nuestro joven amigo, aunque se sentía a gusto con su familia, soñaba con encontrar una joven princesa con la que empezaba a soñar todas las noches pero que acababa difuminándose al amanecer.

En su pequeña ciudad, el negocio familiar en el que colaboraba le otorgaba cierto desahogo económico y su fama de buen guerrero y el haber sido campeón durante los últimos dos años en las justas que se organizaban en su ciudad, le otorgaban el reconocimiento de su gente. Pero él, a pesar de todo esto, decidió partir en un viaje sin destino, en el que su fin seria descubierto a lo largo del camino.

Al poco de comenzar su viaje, mientras descansaba a la sombra de un árbol en el borde del camino, vió como se acercaba una silueta oscura que parecía traer el mal tiempo, ya que por donde venía parecía arrastrar nubes de borrasca. Cuando llego a su lado le saludó amablemente:

-Hola joven guerrero.

-Buenas tardes, aunque parece que va llover. Contesto nuestro joven amigo.

-Parece que estas cansado y a buena sombra te cobijas.

-Aunque no he realizado un largo camino, todavía me queda mucho por recorrer y estoy meditando a la sombra de este centenario árbol.

-Tengo un brebaje que te dará energías infinitas. Si bebes de él podrás avanzar mucho más rápido en tu camino.

-Nuestro amigo preguntó. ¿Qué brebaje es ese y por qué me lo ofrecéis?

-Es un brebaje que te aportará toda la energía que necesitas en momentos de debilidad y en los momentos en que tu ánimo decaiga te trasladará a un mundo de ensueño. Casi todos los guerreros lo beben, y un joven guerrero como tú no debería ser menos si piensa progresar en su camino.

-No necesito ningún brebaje, replicó. Obtendré las energías que necesito del alimento y del descanso, y si mi animo decae afrontare los problemas como el guerrero que soy, sin evadirlos y buscando la mejor solución.

-Pero,….Todos los guerreros lo toman.

-Todos menos yo. Os agradezco vuestro ofrecimiento y os deseo que tengáis un buen viaje.

El siniestro personaje prosiguió su camino y cuando ya no se vislumbraba en el horizonte, nuestro joven guerrero vió acercarse a un grupo de desaliñados guerreros sin espada y con sus ropas haraposas.

Al llegar a su altura le preguntaron, si había visto pasar la silueta del hombre del brebaje.

-Sí, os lleva unos diez minutos de ventaja. Contestó.

-¿Podéis, darnos una limosna joven caballero? Necesitamos comprarle un brebaje que nos aportará la vitalidad necesaria para revivir.

-¿Qué os ha pasado pues, para tener que mendigar, caballeros sin espada?

Los desaliñados caballeros le contaron que un día la silueta oscura les ofreció un brebaje, que en un principio les hizo sentirse bien y no les costo nada, pero que más cuanto más lo tomaban mas tenían que pagar por él, y ahora ya lo habían perdido todo. También le dijeron, que traía consigo una maldición que poseía a todo aquel que la tomaba, embarcándolo en un viaje sin retorno en el que la voluntad quedaba anulada por la dependencia que éste generaba. Además con el paso del tiempo cada vez se sentían peor, tanto si lo tomaban como sí no.

-No puedo ofreceros nada, ya que lo que tengo lo necesito para mi viaje.

-O nos das todo lo que posees, o te lo arrebataremos por la fuerza. Replicó uno de los desaliñados caballeros con el rostro desencajado por la ira.

Ante tales amenazas nuestro caballero desenfundó su espada y se puso en guardia, repeliendo con facilidad el ataque, ya que aunque superiores en número, habían vendido sus armas y le atacaban con palos y sin coordinación ninguna. No obstante, aunque pudo ajusticiarlos a todos, se apiadó de ellos y les dijo:

-Podéis seguir vuestro tortuoso camino detrás de una pócima inmunda, o podéis ir a mi ciudad y preguntar por un mago que os puede ayudar a quitaros la dependencia que tenéis.

Solo uno de los siete caballeros tuvo el valor de cambiar su destino, volver sobre sus pasos y acudir en busca de la ayuda del mago.

Y cuenta la leyenda, que muchos años después, se encontraron dos jóvenes caballeros y uno le contó a otro, como un día un caballero ayudó a su padre a volver a su camino, del que se había desviado por culpa de una pócima maldita. Y que gracias a eso su padre se casó, nacieron él y su dos hermanas, y cuando estaba en su lecho de muerte entre delirios daba las gracias a Dios, a un caballero y a un mago. Y todavía hoy se recuerda que murió feliz rodeado de su familia.

-¿Y se sabe qué fue de los otros caballeros?

-No hay certeza de que sean ellos, pero en el cementerio del condado hay seis tumbas sin nombre de cuerpos que se encontraron tirados por las calles y por los bosques desfigurados y en harapos.

-Es curioso, pero mi padre cuando era un niño siempre me insistía que no tomara brebajes de desconocidos, y un día que le pregunté por qué insistía tanto en eso, me contó una historia de un encuentro con siete caballeros poseídos por una pócima.














“Las drogas no deben apartarnos de nuestro camino y cegar nuestra voluntad. Pero si lo hicieran, siempre hay que intentar regresar a él, ya que cualquier otro destino será mejor que vivir esclavo de ellas.”



“Si el mal camino has elegidoy no sigues tu destino,sino el de un brebaje maldito,maldito será tu destino”

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